Plaza de Recas, a mediados del siglo XX

Los hallazgos de algunos restos de mosaicos romanos en el paraje de Peronilla afirman la existencia de un enclave poblacional primitivo de ascendencia hispano – romana en el actual término municipal de Recas.

Por otro lado, los restos arqueológicos árabes y los documentos mozárabes del siglo VIII hablan sobre la existencia de aldeas en parajes cercanos al Castillo de Canales. El legado histórico demuestra que en el año 930 vecinos de Canales rindieron honores al Califa Abd-Al-Ramán III que por aquella época cercaba tierras de Toledo.

El topónimo de Recas es derivado de la raíz árabe de Rekab, significando “cabalgata” o “caravana”. Pudiendo definir esta nomenclatura una zona de transito fluido de viajeros y caravanas en la época musulmana.

Rekab fue el primer núcleo poblacional significativo cercano al Castillo de Canales, en el actual término municipal de Recas.

En el siglo X, según los estudios históricos existentes, los habitantes del enclave de Rekab sufrieron una de las habituales epidemias de la época. desapareciendo parte de su población. Los supervivientes, en su mayoría mozárabes fundaron Rekachiel (diminutivo de Rekab).

Estos parajes de influencia musulmana fueron conquistados por los cristianos de Alfonso VI en el año 1086. A partir de la “Reconquista” los poblados de Rekachiel y Canales fueron despoblándose poco a poco, formando un nuevo sujeto que vendría a llamarse villa de Recas.

El nombre de Recas aparece por primera vez en una donación que el rey Alfonso VII hizo el 21 de agosto de 1143 al Arzobispo de Toledo, Monseñor Raimundo. Esta cesión comprende el Castillo de Canales y su jurisdicción, que comprende la villa de Recas, Rekachiel, Bobadilla y Zodorum.

Desde 1143 hasta el año 1571 Recas perteneciente al señorío del Arzobispado de Toledo, estando unido al devenir del Castillo de Canales al que pertenecía jurisdiccionalmente.

En 1571, Recas deja de pertenecer a los dominios de la diócesis toledana pasado a ser villa realenga bajo la dependencia de Joaquín de Sobremonte y Carnero señor de Villafranca de Gaytán, al que los vecinos pagaban en cuestión de vasallaje 300 reales.

En 1627 Recas pasa a ser Villa de Señorío, al ser vendida esta población por Felipe III a D. Luis Gaytán Ayala al precio de 15.000 maravedíes por vecino. En total se pagaron 1.800.000 maravedíes o lo que es lo mismo 4.800 ducados.

Al final del siglo XVII, tras la unificación de distintos parajes y señoríos, podemos decir que Recas se constituía en un término con jurisdicción propia.

Localización Fanegas de tierra
Recas 1.500
Castillo de Canales 2.750
Bujadazán 755
Majazul de Arriba 600
Majazul de Abajo 550
Total de superficie 6.155


1 fanega de tierra corresponde a media hectárea de superficie.

Iglesia Parroquial de Recas

El núcleo urbano de dicho término estaría compuesto por aproximadamente 200 viviendas y un vecindario de 240 personas. Como apunte social podemos citar que existen 2 hidalgos, 6 religiosos, sacristán, aguacil, maestro, tendero, boticario, tabernero, abacero, arriero, carpintero, carretero, medidor, dos zapateros, dos herreros y aproximadamente 120 jornaleros que trabajan el campo por 4 reales.

El término de Recas, limita al norte con Lominchar; al Sur, con Yunclillos; al oeste, con Chozas de Canales, Camarenilla y Arcicóllar; al este con Pegines (actualmente Villaluenga de la Sagra), Yuncler y Cedillo del Condado. A tres kilómetros al oeste de la aldea cruza el río Guadarrama, del que se toman sus aguas para el riego de las huertas ribereñas.

Durante el reinado de Fernando VI, entre los años 1746 y 1759, se quisieron sustituir todos los impuestos existentes por una única contribución de tal forma que pague cada vasallo a proporción de lo que tiene. Para este fin, el Marqués de la Ensenada fue el encargado de realizar un catastro de todos los bienes y actividades susceptibles de generar ingresos.

En 1752, Recas sigue siendo una villa de Señorío perteneciente a D. Joaquín de Sobremonte y Carnero, Señor y conde de Villafranca y Gaytán, al que se rinde vasallaje.

En el siglo XIX el pueblo tiene 603 vecinos, 160 casas, Ayuntamiento, Cárcel, Escuela a la que asisten 28 niños. Se surte de agua potable en una fuente que nace en medio del pueblo y forma un arroyo perenne. En las márgenes del Guadarrama existen huertas de verduras, viñas y olivos. A parte, también tiene producción de cebada, garbanzos, trigo, avena, habas, etc…
Recas mantiene ganado lanar, vacuno y mular de labor. Su única industria es un pozo de nieve y dos molinos de aceite.

Adentrados en el siglo XX, Recas como toda España se adentra en la inexplicable Guerra Civil, éstas fueron épocas de miseria y escasez que Recas superó enfrascado en sus quehaceres del campo.

En nuestros días Recas sigue siendo un pueblo agrícola, pero ha elevado sustancialmente tanto su número de habitantes como su calidad de vida. Los productos hortícolas siguen siendo la base de la economía de Recas, con productos de calidad reconocida como, por ejemplo, la cebolla.

Los productos de secano se utilizan para fabricar los piensos que alimentarán la cabaña porcina y las gallinas, actividad que adquiere mucha importancia a finales del siglo XX: Cerdos y gallinas destinados a la producción de carne, huevos y pollitos, En porcino predomina el blanco mejorado.

Es de destacar que en los últimos tiempos se han creado en Recas una serie de cooperativas destinadas entre otros fines a comercializar en las mejores condiciones posibles la producción agropecuaria requeña.

Bibliografía: Descripción e Historia de la Villa de Recas por Victorino Ortiz García – Paredes (1969); Luis Miguel Bravo Bravo (1995); fondos de la Biblioteca Municipal de Recas y del Ayuntamiento de Recas.